Harry Potter 7: El impecable comienzo del final

Esta semana fue muy movida. Desde el miércoles llegó el evento que había estado esperando todo el año: el estreno de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte I. Desde hace casi un mes tenía boletas para verla 3 veces en 3 cines diferentes 3 días diferentes con 3 personas diferentes (esto es mentira, la ví con las mismas personas xD). Así es nuestra afición. Que bueno que me gustó la película, tanto que quiero vérmela por quinta vez :B

Pero bueno, les dejo aquí la crítica que escribí para Zinegame:

Cuando entré por primera vez a ver Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte I, a medianoche del jueves, no tenía casi expectativas sobre la película. Sabiendo que David Yates seguía siendo el director, no esperaba más que aquellas decepcionantes Órden del Fénix y Misterio del Príncipe (incluso el inventado nombre salamandrino parece más adecuado para ese desastre), a la cual en su momento catalogué de “comedia romántica”, por la indignación que me causó que quisieran convertir esa profunda historia en un entretenimiento vacío adolescente tipo High School Musical.

Sin embargo desde la primera escena me callaron la boca. El comienzo me pareció el más adecuado para retratar el inicio del final, familiarizando al espectador con el ambiente de guerra bajo el que se encuentra el mundo mágico. Da a entender que ya no se trata de niños yendo al colegio, sino de un Harry Potter ya crecido y decidido, junto con sus amigos, a luchar.

Personalmente, después de haberla visto cuatro veces, estoy convencida que es la mejor de la saga. La película cumple satisfactoriamente con aspectos cinematográficos como el guión, las actuaciones, la banda sonora y la fotografía (de hecho en esta última es muy posible que la nominen al Óscar).

Aunque hay algunos detalles que como fan me molestaron (que no haya aparecido la capa de invisibilidad, que Colagusano no se haya muerto…) y algunas cosas que no se entienden (que la varita actuó sola, el espejo…) pero Las Reliquias es sin duda alguna la mejor adaptación. Y no era para menos, teniendo en cuenta que está dividida en dos partes. El guión es muy fiel y apegado al libro, y satisface tanto a fans de los libros como a aquellos que sólo conocen las anteriores películas. Si bien tiene algunas escenas inventadas, en su mayoría son para quitar tensión al ambiente por medio del humor, que esta vez es ingenioso y no tonto como en HP6.

Si hay algo que tengo que destacar son las actuaciones. Se puede apreciar la madurez que han adquirido como actores los tres protagonistas, pues ya no son aquellos niños que a veces parecían forzados, y se nota que han adquirido experiencia tanto en otras películas como en teatro. En Daniel esto se nota particularmente en la escena de los Siete Potter, aunque hay muchas otras partes en donde se ve un poco flojo, pues parecía como con la misma expresión todo el tiempo. Por esto creo que muchas veces llega a ser opacado por la excelente interpretación de Emma Watson, que siempre lograba transmitir los sentimientos de Hermione así no dijera ni una palabra (como cuando se fue Ron, cuando le borró la memoria a sus padres o cuando Bellatrix la torturaba). Rupert también hizo un muy buen trabajo, me gustó especialmente como logró dejar claro el estado de enamoramiento de su personaje hacia Hermione, ya no es el niño de las caras chistosas que siempre le ponían a hacer.

Las actuaciones de los adultos no son nada de sorprender, pues si hay algo que es bien sabido es que en Harry Potter participan todos los mejores actores británicos. Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Ralph Fiennes, Jason Isaacs, Imelda Staunton, todos hacen un papel impecable en cada uno de sus personajes. Se lucieron también Sophie Thompson, David O’Hara y Steffan Rhodri, los que interpretaron al trío cuando se infiltró en el Ministerio de Magia.

No se puede pasar por alto La Fábula de los Tres Hermanos, que constituye por sí mismo un corto de animación espectacular, y junto con la narración de Emma hacen los 5 minutos más agradables de ver. Hay otras partes, sobretodo cuando estaban en el bosque, que se me hicieron muy lentas, aunque es verdad que esto era para retratar la soledad del trío y que nosotros llegáramos a sentir la misma desesperación y agobio. Y los momentos de acción estaban bien repartidos entre estas escenas largas, aunque muchas veces no había buena transición entre una y otra, que es algo muy presente en Yates en su afán por mostrar lo máximo posible en el menor tiempo.

La muerte de Dobby habría tenido mucho más impacto si todo lo que hacía su personaje no se lo hubieran puesto a hacer a Neville en las anteriores películas, sin embargo es el momento más triste de la película (a diferencia de la muerte de Hedwig, que ni se notó; o la de Ojoloco, que apenas fue mencionada), y nos sacó las lágrimas a más de uno.

El final deja con ganas de ver la segunda parte de inmediato, más que todo creo yo por el soundtrack que la acompaña. Ahora sólo falta esperar que la segunda parte siga así de bien. Seis meses de expectativas.

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